Glorioso Pasado Historico de Camaguey - Raul D. Acosta Leon
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LA ASAMBLEA DE "JIMAGUAYU".


El General Antonio Maceo, prestando atención al ofrecimiento que hiciera en la tarde del 5 de Mayo de 1895, durante la entrevista que celebrara en "La Mejorana" con Martí y Gómez, tratando acerca de la forma de gobierno que debería ser establecido en el campo de la Revolución, en la segunda quincena de Julio dispuso la salida para Camagüey de los Delegados que debían ostentar la representación de las fuerzas del primer Cuerpo de Ejército a su mando —gentes que no era posible se dejaran enredar;— y en los primeros días del siguiente mes el General Bartolomé Masó envió los correspondientes al segundo Cuerpo, formado por las fuerzas de los Distritos de Tunas, Manzanillo, Bayamo y Jiguaní, los que conjuntamente con los designados por Camagüey se encontraban incorporados al Cuartel General del General Gómez, en espera de la llegada de los nombrados por Las Villas y por Occidente, para poder constituir la Asamblea.

Teniendo en cuenta el General Gómez que los días transcurrían y los dichos Delegados no llegaban, dispuso el día 3 de Septiembre que el Coronel Lope Recio saliera en su busca y el que hubo de regresar el día 12 del mismo mes, dando cumplimiento a su cometido, en ocasión de encontrarse establecido el Cuartel General en "Jimaguayú".

El día 13 se reunieron en el propio lugar, los Representantes que debían formar la Asamblea Constituyente, llamada a determinar la forma de gobierno por que habría de regirse la Revolución.

Los congregados en su tolidad fueron veinte, correspondiendo ocho de ellos a Oriente, cinco designados por el Mayor General Antonio Maceo en representación del 1er. Cuerpo, del que era Jefe, y al que se atribuía una fuerza constituída por "veinte y cinco mil" hombres, y cuatro por el también Mayor General Bartolomé Masó, Jefe del 2do. Cuerpo, si bien uno de los designados figuraba en la relación de los enviados por el General Maceo, y los que representaban los Distritos de Tunas, Manzanillo, Bayamo y Jiguaní; diez designados por el Mayor General Carlos Roloff, que decía ostentar la jefatura de Las Villas Orientales y Occidentales, cinco correspondientes a las Villas y los otros cinco a Occidente, en tanto que los dos restantes pertenecían a Camagüey, distribuidos en la siguiente forma:


      O R I E N T E
Primer Cuerpo:

    Comandante Rafael Mª Portuondo y Tamayo.

    Coronel Joaquín Castillo Duany.

    Comandante Mariano Sánchez Vaillant.

    Capitán Pedro Aguilera Kindelán.

    Coronel Rafael Manduley del Río.

Segundo Cuerpo:

    Coronel Rafael Manduley del Río.

    Comandante Enrique Céspedes Sánchez.

    Capitán Rafael Pérez Morales.

    Coronel Esteban Tamayo y Tamayo; sustituido por el Comandante Marcos Padilla Ávila.

      LAS VILLAS
Cuarto Cuerpo:

    Dr. Fermín Valdés Domínguez.

    Dr. Santiago García Cañizares.

    Lcdo. Severo Pina Marín.

    Sr. Francisco López Leiva.

    Sr. Raimundo Sánchez Valdivia.

      O C C I D E N T E
5to. y 6to Cuerpo:

    Dr. Pedro Piñón de Villegas

    Sr. José Clemente Vivanco Hernández.

    Sr. Francisco Díaz Silveira.

    Sr. Orencio Nodarse Bacallao.

    Sr. Enrique Loynaz del Castillo.

      C A M A G U E Y
Tercer Cuerpo:

    Sr. Salvador Cisneros Betancourt.

    Sr. Lope Recio Loynaz.

En la sesión preparatoria celebrada por los asambleistas el propio día 13, el Representante Manduley del Río hubo de observar la diferencia que se advertía entre los Representantes designados por Camagüey, en relación con los nombrados por Las Villas y por Occidente, siendo de parecer el Representante García Cañizares, que esa diferencia podía ser subsanada procediendo Camagüey al aumento de los que fueran necesarios para completar igual número.

Oponiéndose a ello el Representante Portuondo Tamayo, por entender que los nombramientos de Representantes debían tener por base el número de individuos de que se compusiera cada Cuerpo de Ejército que los nombrara, a lo que el Representante Pérez Morales alegó en contrario el considerar impracticable el averiguar con certeza el número de individuos de que constara cada uno de ellos, ripostando el aludido en el sentido de ser posible tal extremo, ya que todos estaban contestes en que el número de revolucionarios en Oriente alcanzaba a veinte mil, a lo que hubo de significar el expresado Representante Pérez Morales, "que no todos podían estar contestes pues él dejaba de estarlo".

El Representante Valdés Domínguez consideró de todo punto imposible aceptar la tésis mantenida por el Representante Portuondo, ya que a su entender en los Departamentos donde aún no existía la organización Militar, no podía determinarse el número exacto de los individuos que formaron el o los Cuerpos de Ejército que en ellos operaban, máxime cuando en la práctica se venía observando que a cada momento sugían nuevos grupos que se incorporaban.

El Representante Sánchez Vaillant, que ostentaba la representación del propio Cuerpo que el compañero Portuondo, hubo de manifestarse de conformidad con éste, estimando no ser necesario averiguar el número exsacto de los individuos que componían cada Cuerpo de Ejército.

El Representante Loynaz del Castillo se manifestó de conformidad con lo expuesto por Valdés Domínguez, por entender que la República debía ser para el pueblo cubano, y no tenerse en cuenta solamente a los libertadores; estimando el Representante García Cañizares, que el número de Representantes no debía reducirse, sino todo lo contrario: aumentarlo en cuanto fuero posible.

El Representante Portuondo Tamayo reiteró una vez más su proposición, interesando que el asunto fuera sometido a votación.

El Presidente Cisneros Betancourt, hizo observar que Camagüey no contaba en esos momentos en el campo de la Revolución con fuerzas

suficientes para nombrar ni siquiera un solo Representante; y de hacerse buena la pretensión del Representante Portuondo, solamente tendrían representación en la Asamblea Oriente y Las Villas.

Sometida a votación la proposición de referencia, fué desechada por mayoría de votos, acordándose en consecuencia que los nombramientos de Representantes se hicieran por Cuerpo de Ejército, a razón de cuatro por cada uno de ellos.

El asunto quedó resuelto de manera definitiva con la acertada proposición que hiciera el Representante Lope Recio, en el sentido de que correspondiendo a Las Villas y a Occidente 4 Representantes a cada uno de dichos Estados, y siendo diez los designados entre ambos, los dos sobrantes completarían el número que debía tener Camagüey, lo que hubo de ser aceptado por unanimidad, pasando a formar parte de la representación camagüeyana los Delegados Valdés Domínguez y Loynaz del Castillo.

Y estimando la Presidencia terminado el asunto que motivara esta sesión preparatoria, hubo de declarar la suspensión de la misma.

En el mismo lugar y en la propia fecha, se procedió a la designación de los miembros que deberían formar la Mesa, siendo nombrados por aclamación para Presidente, Salvador Cisneros y para Vice-Presidente Rafael Manduley; y para Secretarios y Vice-Secretarios, respectivamente, Rafael Mª Portuondo, Francisco López Leiva, Orencio Nodarse y José Clemente Vivanco, dándose por constituída la Asamblea, previa la presentación de las respectivas credenciales. (1).

—(1)—República de Cuba.—Primer Cuerpo del Ejército Libertador.— Cuartel General.— Tengo el gusto de participar a usted que en e! día de hoy marchan para Camagüey los cinco Representantes que corresponden a los VEINTE Y CINCO MIL HOMBRES levantados en armas en esta provincia oriental :el Auditor de Guerra, jefe de confidencias y Comandante de E. M. Lcdo. Rafael M. Portuondo Tamayo, el jefe de Sanidad Militar, Dr. Joaquín Castillo Duany, el Comandante de E. M. Jefe de Ingenieros, Mariano Sánchez Vaillant, el Capitán de E. M. y 2do. Jefe de Ingenieros de este Cuartel, General Pedro Aguilera Kindelán y el Coronel del Ejército Rafael Manduley; siendo presididos dichos Representantes por el primero.— Soy de Vd. con toda consideración en Patria y Libertad, Julio 25 de 1895. (f.) A. Maceo.—Sr. Mayor General Máximo Gómez, General en Jefe.

Segundo Cuerpo de Ejército.—Han sido nombrados los ciudadanos Coroneles Rafael Manduley y Esteban Tamayo, Comandante Enrique

Céspedes y Capitán Rafael Pérez Morales, Delegados respectivamente por los Distritos de Tunas, Bayamo, Manzanillo y Jiguaní, para la Asamblea que ha de elegir el Gobierno de la Revolución. Y a fin de que puedan acreditar dicha representación, correspondiente al 2do. Cuerpo de mi mando, les expido la presente en Guá, a 9 de Agosto de 1895.—Mayor General Jefe (f.) Bart. Masó.

Segundo Cuerpo de Ejército de Oriente, ciudadanos Delegados Coronel R. Manduley, Comandante E. Céspedes y Capitán R. Pérez. Si al irse a reunir la Asamblea que debe proceder o la constitución del Gobierno, no se encontrase presente el Coronel E. Tamayo, para llenar en la misma la representación que las fuerzas del Distrito de Bayamo se le tiene conferida, será reemplazado, con iguales facultades por el Comandante Marcos Padilla.—Patra y Libertad, "La Sacra" (Camagüey), Septiembre 5 de 1895.—Mayor General, Jefe (f.) Bart. Masó".

Ejército Libertador de Cuba.—Departamento de Las Villas Orientales y Occidentales.—En esta fecha han sido nombrados Representantes de Las Villas Orientales y Occidentales, para la formación de la Asamblea Constituyente que ha de elegir al Gobierno Provisional, los ciudadanos Dr. Fermín Valdés Domínguez, Dr. Santiago García Cañizares, Lcdo. Severo Pina, Francisco López Leiva y Raimundo Sánchez, quienes pasan al Camagüey a desempeñar su misión.—Cuartel General, en "San Marcos", Septiembre 5 de 1895.—El Mayor General (f.) Carlos Roloff.

Ejército Libertador de Cuba.—Departamento de Las Villas Orientales y Occidentales.—En esta fecha han sido nombrados Representantes de Occidente para la formación de la Asamblea Constituyente que ha de elegir el Gobierno Provisional, los ciudadanos Dr. Pedro Piñón de Villegas, José C. Vivanco, Francisco Díaz Silveira, Orencio Nodarse y Enrique Loynaz, quienes pasan al Camagüey a cumplir su misión.—Cuartel General en "San Marcos", a 5 de Septiembre de 1895.—El Mayor General, (f.) Carlos Roloff".

En esta sesión se aprobó el siguiente proyecto de bases, presentado por la representación del primer Cuerpo; y por el que debería regirse la Asamblea.

Artículo 1.—Designación de la forma de gobierno porque ha de regirse la Revolución.

Artículo 2.—Elección de sus miembros.

Artículo 3.—Fijar las atribuciones de la Junta de Gobierno y la de cada uno de sus miembros.

Artículo 4.—Elección de los dos jefes principales del Ejército.

Artículo 5.—Designación del Delegado de la Revolución en el extranjero.

Las anteriores bases fueron adaptadas por la Asamblea, que había rechazado la proposición de Ley que con idéntica finalidad presentara el Representante Valdés Domínguez, autorizada con las firmas de varios compañeros, y cuyo proyecto de ley estaba redactado en los siguientes términos:

ARTICULO 1.—El Gobierno de la República de Cuba, mientras tanto subsista la guerra con España, lo constituirán:

Un Presidente.—Un Vice-Presidente y cuatro Secretarios del Despacho de los asuntos de Guerra, Hacienda, Interior y Exterior.

ARTICULO 2.—Para la dirección de la campaña se eligirán por esta Asamblea:

Un General en Jefe del Ejército y un Lugarteniente General.

ARTICULO 3.—Los nombramientos de Presidente y Vice-Presidente de la República se harán en votación secreta por esta Asamblea.

ARTICULO 4.—Los Secretorios de Despacho serán designados por el Jefe del Estado, recomendándose a éste que, a ser posible, en las designaciones antes dichas estén representados los cuatro Estados en que la anterior Revolución dividió la Isla, o séanse Oriente, Camagüey, Las Villas y Occidente.

Seguidamente y como consecuencia de las bases aceptadas, se procedió a dar lectura a un proyecto de Constitución del Gobierno de la Revolución, presentado también por los Representantes pertenecientes al 1er. Cuerpo del Ejército, señores José Mª Portuondo, Joaquín Castillo, Mariano Sánchez y Pedro Aguilera.

El Representante Portuondo Tamayo —que era el que llevaba la "voz cantante" por la representación oriental— explicó, apoyándolas con calor, cada una de las bases, con las que hubo de manifestar su conformidad el Representante Valdés Domínguez, con excepción de conferir al Presidente de la Junta el cargo de General en Jefe del Ejército.

El Representante Castillo Duany era de opinión de que siendo el pueblo en armas el llamado a constituir el Gobierno, los dos principales Jefes del Ejército eran los que debían desempeñar los cargos de Presidente y Vice-Presidente de la Junta.

El Representante Loynaz del Castillo se manifestó partidario del compañero Valdés Domínguez, manifestando que preveía un grave peligro para Cuba de concederse al Presidente de la Junta los dos mandos: el civil y el militar; que no creía pudieran surgir conflictos entre ambos poderes de mantenerse separados, a lo que hubo de exponer el Representante Portuondo Tamayo, "que el peligro consistía en que el pueblo se acostumbre a ver debilidad en el Gobierno, como resultaría de estar separados los dos mandos".

El Representante García Cañizares, apoyando al compañero Valdés Domínguez, agregó que no consideraba justo que en el siglo XIX se impusiera el "cesarismo", replicándole el Representante Portuondo, que su proposición salvaba ese peligro y robustecía a la vez a la Junta de Gobierno.

Y en tanto el Representante Manduley del Río apoyo lo sostenido por Valdés Domínguez, el Representante Sénchez Vaillant se mostró partidario de la proposición de Portuondo, aduciendo en su favor, que solamente existía constituído el Ejército.

Lo anteriormente expuesto hubo de ser refutado por el Representante Vivanco, sosteniendo que para la constitución del Gobierno, debía tenerse en cuenta la existencia del pueblo cubano y no solamente al Ejército, pidiendo como consecuencia la separación de mandos.

El Representante Valdés Domínguez ratificó su proposición, aduciendo nuevos argumentos en su favor, en tanto que el Representante Pina Marín pidió que una vez aclarado debidamente el particular, se procediera a su votación, la que llevada a cabo dió por resultado quince votos a favor de la división del mando y cinco en pró de la unidad del mismo, o séase de la proposición Portuondo Tamayo, con lo que se dió por terminada la sesión dado lo avanzado de la hora.

La Asamblea se reunió nuevamente al siguiente día, disponiéndose por la Presidencia se entrase en la orden del día, continuándose con la lectura de la proposición Portuondo, que se encontraba sobre la mesa.

El Representante Valdés Domínguez hizo uso de la palabra, doliéndose de que pudiera tomar cuerpo el rumor que hasta él había llegado, de que el acuerdo adoptado por la Asamblea estableciendo la división de mando, pudiera acarrear graves peligros para la patria, como habían dejado entrever los defensores de la unidad, excitando o la minoría obtenida en la votación del día anterior, a fin de que presentara una fórmula que hiciera posible el llegar a una avenencia que disipara la más ligera sombra que pudiera obscurecer el porvenir de la patria, aludiendo directamente al Representante Portuondo, como Jefe de la dicha minoría.

El aludido manifestó estar inspirado en el mismo deseo de transación, pero que consideraba sustancial la fórmula de la unificación de poderes, toda vez que esa era la opinión de la mayoría de sus comitentes, o quienes había consultado, terminando haciendo un llamamiento a sus compañeros de representación, con objeto de que se buscara la fórmula de avenencia para evitar conflictos que en la práctica entendía habían de presentarse.

En el uso de la palabra el Representante Pérez Morales, hubo de manifestar que la discusión versaba sobre un particular ya deliberado, excitando a la minoría para que dijera si habría algún Jefe que no obedeciera las órdenes del Gobierno, siendo interrumpido por el compañero Valdés Domínguez, el que hubo de exponer que no creía llegara semejante caso y que tratándose de un particular de tan trascendental importancia, deberían levantarse los corazones a la altura de las circustancias.

El Representante Valdés Domínguez estimaba que la Asamblea, patrióticamente, podría reconsiderar el acuerdo del día anterior, a lo que hubo de replicar el Representante García Cañizares, por entender que no podía reconsiderarse por las propias frases del compañero Portuondo Tamayo, al manifestarse contrario a toda transación, y que el silencio de sus compañeros de la minoría indicaba la conformidad de los cuatro en sostenerse en el punto debatido y votado.

Portuondo estimaba que podría abrirse una nueva discusión y aducirse nuevas razones para que resultara una fórmula patriótica, e interrogado por García Cañizares en el sentido de si tanto él como sus compañeros de minoría estarían conforme con las resoluciones de la Asamblea y dispuestos a acatarlas, a lo que el aludido hubo de contestar en el sentido de que dudarlo constituiría una ofensa; pero que al mismo tiempo las resoluciones de la Asamblea debían estar de acuerdo con la opinión pública y revestir la autoridad necesaria, a lo que se dió por satisfecho el interrogante.

El Representante Sánchez Vaillant hubo de prestar su apoyo al compañero Portuondo, en relación con la obediencia que todos prestarían a los acuerdos de la Asamblea, aclarando que las dificultades que pudieran surgir vendrían de la masa popular.

La Presidencia expuso que los Representantes por Oriente estaban completamente equivocados, ya que aquel territorio resultaba ser el más subordinado, recordando con entusiasmo y con los aplausos de la Cámara toda, la patriótica actitud asumida por el General Antonio Maceo en la guerra de los diez años, cuando el incidente conocido por de "Las Lagunas de Varona".

Revocando el acuerdo que estatuía la división de poderes en el gobierno de la revolución, el Representante Loynaz del Castillo explanó los propios argumentos que adujera el día anterior en pró de la separación de los poderes civil y militar, siendo apoyado por el Representante Pina Marín, agregando que la división de poderes facilitaba la acción del General en Jefe del Ejército, librándolo de las atenciones civiles.

El Representante Portuondo Tamayo contestó a ambos compañeros, explicando nuevamente y ampliando sus razonamientos en pró de la unificación de los poderes, apoyándose en la situación especial en que en aquellos momentos se encontraba el pueblo cubano.

El Representante García Cañizares sostenía que el Gobierno en la forma propuesta por Portuondo, resultaría un Gobierno puramente militar y, por tanto, una dictadura; agregando el argumento de Loynaz del Castillo, que uno cuestión de orden civil podía hacer dimitir al General en Jefe, si era o la vez el Presidente del Gobierno; proponiendo para obviar toda dificultad, la fórmula de que el General en Jefe fuera a la vez el Ministro de la Guerra.

El Representante Portuondo rectificó en el sentido de no ser un gobierno militar el propuesto por él, sino que se trataba de dar a este el mayor prestigio y fuerza para que fuera respetado y querido por todos, evitando con ello los conflictos con la autoridad militar, aduciendo argumentos basados en la historia de la Revolución pasada.

El Representante Clemente Vivanco defendió la proposición aprobada en la sesión del día anterior, relativa a la separación de mandos, recordando en su apoyo la existencia del pueblo cubano, no solo en cuanto a las familias residentes en las poblaciones y que estaban de acuerdo con la Revolución, sino también las que permanecían en la emigración y ayudaban con todos sus esfuerzos al movimiento imperante en aquellos momentos.

En tanto que Portuondo rectificaba a Vivanco, ratificando la no existencia de verdadero pueblo, sino auxiliares del Ejército, Vivanco se afirmaba en sus anteriores manifestaciones; y Loynaz del Castillo de acuerdo con García Cañizares, expresaba que la Asamblea no se había constituido para establecer el gobierno del Ejército, sino el gobierno del Pueblo, manifestaciones que fueron apoyadas por Díaz Silveira.

Suspendido la sesión por diez minutos, al reanudarse nuevamente, el Representante Portuondo propuso que se diera lectura a su proyecto a fin de ver si facilitaba la transación al discutirse, a lo que se opusieron los Representantes Manduley y García Cañizares, por entender que ello no era posible hasta tanto no fuera resuelta la proposición que se encontraba sobre la mesa; por lo que siendo debatido suficientemente el punto, la Presidencia lo sometió a votación, acordándose por trece votos contra cinco que se continuara con la proposición pendiente sobre reconsideración de acuerdo.

Doliéndose Portuondo de que siendo una fórmula para la transación la lectura y discusión del proyecto de bases, haya sido rechazado; explicando el voto de la mayoría el Representante Pina Marín, en el sentido de que era cuestión previa y urgente la reconsideración del acuerdo de que se trataba.

Sometido seguidamente a votación el asunto, quedó acordado por catorce votos contra cuatro que se mantuviera íntegramente el acuerdo tomado en la sesión anterior sobre división de los poderes civil y militar de la Revolución.

Y en tanto García Cañizares interesaba constara en acta su proposición de avenencia, y Valdés Domínguez pedía se abriera discusión sobre ella, Manduley del Río sostenía su pensamiento primordial acerca de que el General en Jefe no podía tener otra ocupación que la dirección de las operaciones militares.

El Representante Sánchez Vaillant ratificó sus manifestaciones en el sentido de no existir temores de resistencia a la autoridad de la Asamblea, dando las gracias al compañero Valdés Domínguez por las frases que éste hubo de pronunciar en el curso del debate; en tanto que el Representante Portuondo mantenía sus temores; si bien no esperaba surgieran de inmediato, sino que se produjeran con el tiempo, aludiendo al ciudadano Presidente de la Asamblea y a su conducta en la Cámara de Representantes de la Revolución pasada.

El Presidente Cisneros recordó su actitud en aquella memorable Asamblea, explicando el pacto de "El Zanjón", ratificando su anterior manifestación en el sentido de que lo que necesitaba un gobierno para ser fuerte era el apoyo popular.

Y con la proposición de Loynaz del Castillo de que los Supremos Poderes del Estado se dividieran entre el Presidente del Consejo de Gobierno y el General en Jefe, depositando la parte civil en el primero y la militar en el segundo, se acordó suspender la sesión dado lo avanzado de la hora.

Al reunirse nuevamente la Asamblea el día 15 y disponerse por la Presidencia se diera lectura a la proposición del Representante Portuondo, éste hubo de solicitar se diera lectura a todo el articulado, significando que en su discusión podrían entrar todas las enmiendas, o lo

por unanimidad, obteniendo igual resultado los artículos 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11 y 12 de dicho proyecto; pero al darse lectura al artículo 13, el Representante García Cañizares opinó no haber lugar a la deliberación del mismo, por tratarse de un asunto ya deliberado, y cuya existencia defendió con tesón el autor del proyecto de Constitución, extendiéndose en consideraciones históricas en pró de su argumentación, en tanto que el Representante Manduley del Río propuso que el dicho artículo fuera redactado en el sentido de que el Presidente fuera el Jefe supremo del Ejército, a lo que el Representante García Cañizares reiteró su opinión de resultar improcedente deliberar sobre el artículo 13, pidiendo a la vez se sometiera a votación el caso, lo que dispuesto seguidamente por la Presidencia, dicho artículo hubo de ser rechazado por trece votos, con lo que se dió por terminada la sesión dado lo avanzado de la hora.

El día 16 se reunió la Asamblea en el mismo lugar, "Jimaguayú", dando comienzo la sesión con la proposición del Representante Portuondo Tamayo, de que se declarara como consecuencia del acuerdo adoptado el día anterior, que el Jefe del Gobierno no podría en ningún caso ser el Jefe del Ejército, a lo que se opuso el Representante Manduley del Río, por entender que el Jefe del Gobierno en conjunto, tenía la Jefatura del Ejército como Presidente que era del Consejo de Gobiwerno, en quien radicaban los supremos poderes del Estado.

Solicitada por el Representante Portuondo aclaración del concepto, el compañero Monduley explanó el alcance de su proposición y de sus argumentos, significando su conformidad el Representante Loynaz del Castillo, citando el artículo 4, por el que se señalaba el momento en que el Jefe del Gobierno, como Presidente del Consejo, podía intervenir en las operaciones militares.

A insistencia de Portuondo Tamayo interesando se redactara un artículo aclaratorio del particular, la Presidencia como cuestión de orden propuso que se continuara con el proyecto y que la proposición presentada por su autor fuera discutida al darse término a la orden del día, lo que sometido a votación fué aprobado por catorce votos contra cinco.

Al darse lectura al artículo 15 del proyecto en cuestión, los Representantes Rafael Pérez y Rafael Manduley, propusieron que dicho artículo estableciera que en caso de muerte del Presidente, fuera este sustituído por el Vice, sin que este cumpliera el término prisidencial, convocándose a la Asamblea para la elección de un nuevo Presidente, contra lo que se produjo el Representante Valdés Domínguez, apoyando la forma establecida por el proyecto por lo que la proposición hubo de ser retirada por sus autores.

El Representante Loynaz del Castillo propuso que se declarase que el Vice Presidente ocuparía el puesto de Presidente hasta cumplir el término presidencial, a lo que manifestaron su conformidad los miembros de la Asamblea que hicieron uso de la palabra, siendo aprobado por unanimidad el artículo 15, menos en lo relativo a la Jefatura y sustitución de éste en el Ejército.

Dada lectura al artículo 16, hubo de ser aprobado por unanimidad sin ser objeto de discusión, adoptándose igual procedimiento en lo que respecta a los artículos 17, 18, 19, 20, 21, 22, 23 y 24 del proyecto en cuestión, declarándose por la Presidencia que la Mesa admitiría para someterlas a la deliberación de la Asamblea, las proposiciones de Ley que los Representantes, en uso de su derecho, tuvieron por conveniente formular y las cuales, una vez aceptadas, habrían de figurar en la Carta Constitutiva como aclaración o adiciones de artículos, según correspondiera.

Seguidamente se dió lectura a la proposición del Representante Rafael Pérez, que estaba concebido en los siguientes términos y la cual hubo de ser aprobada por unanimidad.

"Siempre que con arreglo a la Constitución revolucionaria sea necesaria la convocatoria de la Asamblea, el Ejecutivo ordenará la elección de cuatro Representantes por cada uno de los Cuerpos de Ejército ".

También se dió lectura a otra proposición del Representante Manduley del Río, que estaba concebida en los siguientes términos.

"Considerando que no teniendo atribuciones la Junta de Gobierno para nombrar el General en Jefe del Ejército y su Lugarteniente y el, o los Agentes Diplomáticos, pudiera darse el caso de que faltaran tan necesarias entidades por ausencia, renuncia, muerte u otras causas cualquiera y por tanto sería de suma gravedad el hecho, el Diputado que suscribe propone como artículo adicional el siguiente: La Junta de Gobierno en lo adelante nombrará el General en Jefe del Ejército Y su Lugarteniente, así como el o los Agentes Diplomáticos, caso de renuncia, desaparición o muerte de cualquiera de ellos".

Aceptada por unanimidad la anterior proposición, se procedió a dar lectura a otra proposición suscrita por los Representantes Loynaz del Castillo y Portuondo Tamayo, interesando se incluyera en la Constitución el artículo siguiente:

"Será atribución de la Junta de Gobierno resolver sobre las reclamaciones que ante ella presentare cualesquier individuo de la Revolución".

Proposición que fué aceptada por unanimidad y sin que fuera objeto de discusión.

El Representante García Cañizares presentó una proposición para que se hiciera constar en la Carta Constitucional la declaración siguiente:

"Declaramos a Cuba libre de la dominación española, constituyendo un Estado independiente como República democrática".

Apoyada por su autor y por el Representante Manduley, fué rebatida por los también Representantes Portuondo Tamayo y Valdés Domínguez, únicamente desde el punto de vista de la oportunidad de la declaración; y después de un debate ámplio sobre el particular, la Presidencia sometió el asunto a votación nominal, resultando quince votos a favor de la declaración contra cinco.

"Los que suscriben, proponen se consigne en el preámbulo el derecho que tiene el pueblo cubano a ser libre y luchar por su independencia rompiendo la dominación española y se afirma también la voluntad firmísima de la Asamblea de llegar por medio de lo guerra a la constitución de una República democrática con el pueblo cubano independiente, organizando provisionalmente la Revolución".

Dicha proposición que suscribieran los Representantes Portuondo y Valdés Domínguez, hubo de ser rechazada.

El Representante Portuondo hubo de proponer y la Asamblea lo aprobó sin discusión alguna, se adicionara a su proyecto el siguiente artículo:


La Asamblea por unanimidad y sin discusión admitió el anterior artículo.

El propio Representante sometió a la consideración de la Asamblea la siguiente proposición para que figurase como artículo de la Carta Constitucional:

"La residencia de la Junta ¿e Gobierno será el Cuartel General del General en Jefe y b acompañará en las operaciones, a no ser que a juicio de este no fuera conveniente".

Apoyada por su autor y los Representantes Valdés Domínguez y Loynaz del Castillo, y combatida por los compañeros García Cañizores, Manduley del Río y Pina Marín, acerca de que no debería legislarse nada acerca del particular; y sometida a votación la anterior proposición fué rechazada por once votos contra nueve.

El mismo Representante Portuondo propuso se consignara el siguiente precepto constitucional, que sin discusión hubo de ser aprobado por unanimidad por los asambleistas:

"Todas las deudas y compromisos contraídos hasta la fecha en beneficio de la Revolución por los Jefes de Cuerpos de Ejército, serán tan válidos como si hubiesen sido hechos por el Consejo de Gobierno".

El Representante Laynaz del Castillo propuso se consignase el siguiente artículo en el Código fundamental que se estaba formando:

"En lo sucesivo y cada vez que hoya necesidad de proveer los puestos de General en Jefe, Lugarteniente y Agente Diplomático en el exterior, se hagan estos nombramientos por el Consejo de Gobierno".

Y la Asamblea en consideración a tener resuelto el punto en idéntico sentido al propuesto, se limitó a ratificar su anterior acuerdo.

Teniendo en cuenta la Asamblea una proposición del Representante García Cañizares, se acordó por unanimidad que en la Constitución constase el artículo siguiente:

"El cargo de Consejero es incompatible con los demás de la República y requiere la edad mayor de viente y cinco años".

El Representante Loynaz del Castillo solicitó se hiciera constar que él sustentaba como inviolable declaración de principios, que la independencia de Cuba y su República existían, esto es, fueron proclamadas ante el mundo el 10 de Octubre de 1868, y por consiguiente la Asamblea no podía sino ratificar aquella proclamación, por lo contrario sería desconocer aquella primera República, y negar una década de cruentos y gloriosos sacrificios; manifestándose en contrario el Representante Portuondo Tamayo, únicamente como cuestión de oportunidad, según lo había expuesto con anterioridad, aduciendo el Representante Valdés Domínguez, que la primera República cubana había desaparecido virtualmente por el pacto de "El Zanjón".

El Representante García Cañizares propuso y la Asamblea lo aprobó unánimemente, que en lugar de ser un artículo especial de la Constitución donde se hiciera constar la proclamación de la República, se llevara a cabo en el preámbulo que debería preceder a aquella, designándose a la vez a ambos Representantes, —Loynaz del Castillo y García Cañizares—, para que conjuntamente con los Secretarios formasen la comisión de estilo que habría de coordinar los distintos artículos de la Constitución, unificar su estilo y redactados en forma concisa y

apropiada; procediéndose seguidamente a suspender le seseión, para continuarla tan pronto la Comisión presentara su trabajo.

Reanudada la sesión a las seis de la tarde del propio día 16, se dió lectura íntegra al artículado de la Constitución, acordándose unánimemente por la Asamblea consignar un voto de gracias para la Comisión de estilo, por la forma acabada conque había llenado su cometido.

Seguidamente se dispuso por la Presidencia se diera lectura al preámbulo redactado por el Representante Loynaz del Castillo, el cual estaba concebido en los términos siguientes:

"Constitución del Gobierno Provisional de Cuba. La Revolución por la Independencia y creación de Cuba en República democrática, en un nuevo período de guerra iniciado el veinte y cuatro de Febrero último, obedeciendo a la declaración inviolable del pueblo cubano en el acta de independencia de diez de Octubre de mil ochocientos sesenta y ocho, solamente ratifica la proclamación de la República y declara la separación de la Isla de Cuba de la monarquía española y su institución como Estado libre e independiente, con Gobierno propio por autoridad suprema con el nombre de República de Cuba y confirma su existencia entre las divisiones políticas de la tierra. Y en su nombre y por delegación, que al efecto le han conferido los cubanos en armas, declarando previamente ante la Patria la pureza de sus pensamientos libres de violencia, de ira o de prevención y sólo inspirados en el propósito de interpretar en bien de Cuba los votos populares para la institución del régimen y Gobierno provisional de la República, los Representantes electos de la Revolución en Asamblea constituyente han pactado ante Cuba y el mundo, con la fe de su honor empeñado, los siguientes artículos de constitución".

Una vez terminada la lectura del preámbulo en cuestión, el Representante Portuondo hubo de manifestarse en contra de algunas de las manifestaciones contenidas en el mismo, reproduciendo y ampliando su anterior argumentación sobre la inoportunidad de declaratoria y promulgación de la República, en tanto no se hubiera conseguido la independencia, afirmaciones que había hecho anteriormente en forma de proposición, conjuntamente con el Representante Valdés Domínguez; en tanto que el Representante García Cañizares, hubo de manifestarse conforme con el preámbulo en cuanto se referíe a la constitución de la República, más no así en lo relativo a que se considerase la Revolución de 1895, como una etapa o período de la guerra de los diez años.

Habiendo sido invitados por la Presidencia los preopinantes a que formularan sus concluciones reduciéndolas a proposiciones en la forma siguiente: Loynaz del Castillo, el preámbulo íntegro; Portuondo Tamayo y Valdés Domínguez reproduciendo su proposición que decía: "Se consignará en el preámbulo el derecho que tiene el pueblo cubano a ser libre y a luchar por su independencia rompiendo la dominación española, y afirmar también la volutad firmísima de la Asamblea de llegar por medio de la guerra a la constitución de una República democrática con el pueblo cubano independiente organizando provisionalmente la Revolución" , el Representante García Cañizares concretó su proposición a la siguiente fórmula: "Declaramos a Cuba libre de la dominación española, constituyendo una nación independiente como República democrática".

Sometidas a votación las tres proposiciones, ofreció el resultado siguiente: proposición Loynaz del Castillo, SEIS votos a favor y trece en contra; proposición Portuondo-Valdés Domínguez, CUATRO a favor y catorce en contra, y proposición García Cañizares, TRECE a favor y seis en contra.

A solicitud de varios asambleístas la Presidencia concedió un receso de veinte minutos, al vencimiento de dicho término fué reanudada la sesión, procediendo la comisión de estilo a la presentación de la Constitución de la República con el preámbulo nuevamente redactado y el que hubo de ser aprobado sin discusión alguna por los asambleistas, los que seguidamente estamparon sus firmas al pié de la Carta Fundamental, procediendo acto contínuo todos los Representantes a prestar el debido juramento de fidelidad y observancia a la Constitución de la República, que fué saludada con aclamaciones tan espontáneas como entusiastas, con lo que se dió por terminada la sesión.

La Asamblea no se volvió a reunir hasta el día 18, dedicando el 17 a un bien merecido descanso, teniendo por objeto su última reunión el proceder a la elección de las personas que deberían formar el Consejo de Gobierno, así como las llamadas a desempeñar los cargos de General en Jefe y Lugarteniente y Agente Diplomático en el extranjero.

Reunida la Asamblea Constituyente el día 18 de Septiembre de 1895, en "Jimaguayú", (Camagüey), se procedió a la elección de los ciudadanos que debían ocupar los puestos del Consejo de Gobierno, General en Jefe, Lugarteniente General y Agente Diplomático en el extranjero, se dió comienzo al acto con lectura de la relación de los Representantes con expresión de los Cuerpos de Ejército que le otorgaran sus poderes, procediendo por medio de votación secreta depositando cada uno en la urna que se encontraba sobre la mesa la correspondiente candidatura, y cuyo escrutinio dió el siguiente resultado:

    Presidente del Consejo de Gobierno:
      Salvador Cisneros Betancourt.

    Vice-Presidente:
      Bartolomé Masó Márquez.

    Secretario de la Guerra:
      Carlos Roloff Mialofsky.

    Vice-Secretario:
      Mario García Menocal y Deop.

    Secretario de Hacienda:
      Severo Pina Marín.

    Vice-Secretario:
      Joaquín Castillo Duany.

    Secretario del Interior:
      Santiago García Cañizares.

    Vice-Secretario:
      Carlos Dubois Castillo.

    Secretario del Exterior:
      Rafael María Portuondo Tamayo.

    Vice-Secretario:
      Fermín Valdés Domínguez.

Seguidamente el Vice-Presidente de la Asamblea, Coronel Rafael Manduley del Río, procedió a dar posesión de su cargo al Presidente del Consejo de Gobierno, Salvador Cisneros Betancourt, y éste a su vez a los demás miembros del Consejo que se encontraban presentes, quedando todos desde ese momento en el pleno ejercicio de sus funciones, previo el correspondiente juramento.

El Presidente Cisneros dió las gracias a la Asamblea por el honor de que acababa de ser objeto y que el estimaba inmerecido, contestándole los Representantes Valdés Domínguez y García Cañizares, a nombre del resto de sus compañeros, significándole que en ningunas" manos como en los de él podía haberse depositado con mayor confianza el supremo poder de la República, dado que nadie podía igualársele en patriotismo y en virtudes acrisoladas en medio siglo de luchas contra la dominación española.

Acto seguido y al procederse a la elección de las personas que debían ocupar los puestos de General en Jefe del Ejército, Lugarteniente General y Agente Diplomático en el Extranjero, a propuesta de los Representantes López Leiva, Loynaz del Castillo, Valdés Domínguez y Portuondo Tamayo, fueron aclamados unánimemente por la Asambleapara esos altos cargos, respectivamente, los precaros ciudadanos Mayores Generales Máximo Gómez y Antonio Maceo y ex-Presidente de la República en la guerra de los diez años, don Tomás Estrada Palma.

Seguidamente la Asamblea en pleno se dirigió al Cuartel General del General Gómez, donde el Representante Valdés Domínguez por sí y en nombre de todos sus compañeros de la Asamblea, hubo de comunicar de viva voz a dicho Jefe la elección de que acababa de ser objeto, nombramiento que hubo de aceptar con levantadas frases del más ardiente patriotismo.

De regreso al salón de sesiones, por el Presidente después de dar las gracias a todos los Representantes, declaró la disolución de la Asamblea una vez haber dado término al despacho de todos los asuntos para que hubo de ser convocada.

Al día siguiente el General Gómez desde "Antón", se dirigió a don Tomás Estrada Palma, tratándole acerca de la constitución de un Gobierno "que organizara la administración política y diera carácter legal a la Revolución".

En este campamento hubo de recibir el General en Jefe un escrito autorizando con las firmas de todos los miembros de la Asamblea, redactado en los siguientes términos.

"General: el Pueblo Cubano había sufrido durante cuatro siglos la injusticia y la soberbia que en su dominación tuvo Espeña, sin respeto al cruento sacrificio de una década, ni miramiento a sus aptitudes de orden y libertad y creador empuje que, no de la metrópoli violento recibe, sino del concierto y trato íntimo con más felices naciones, entre las cuales tiene derecho, que ejercer, de situarse como República. Y al levantarse el 24 de Febrero en Revolución armada, tremolando el estandarte, consagrado en heroismo, de la primera República, fué en busca de usted, General, en su abnegado y afanoso asilo de Montecristi, para que trazara su espada de Libertador, radiante de triunfos, el camino de la Patria y usted respondió como de su virtud esperaba de Cuba.

"La Asamblea Constituyente, convocada para constituir el Gobierno provisional de Cuba, que recibió de usted el apreciado depósito de la Autoridad Suprema, que la Revolución le confiriese, cumplida ya su Delegación, a usted devuelve la dirección de la Guerra de Independencia, otorgándole por aclamación el nombramiento de General en Jefe del Ejército Libertador.

La Asamblea hace votos fervientes porque pueda usted confirmar con la victoria definitiva y gloriosa, la existencia ante el mundo de la República de Cuba".

Desde este mismo campamento el General Gómez dirigió a los Jefes de Cuerpos una Circular en la que les significaba la satisfacción que había experimentado al poner en conocimiento de los mismos, para que a su vez lo dieran a conocer a las fuerzas de su mando, que la Asamblea en sesión celebrada el día 16, había proclamado la Constitución porque debía regirse el Gobierno de la República.

Dicha Circular terminaba con los siguientes párrafos:

"Tan laborioso trabajo, tan ímproba labor, no ha podido ser interrumpida por el enemigo, a pesar de sus intentos para conseguirlo, siendo inútiles los esfuerzos de tres mil hombres de las tres armas, combinaciones (mal dirigidas por cierto), sobre la zona en que la Asamblea Constituyente inauguraba y daba fin a sus trabajos con inusitado tesón.

"Descansando ya la fuerza creadora de la Revolución sobre esta entidad política y militar con que la ha dotado la Constitución, teniendo por base su Ley fundamental, es de creerse con nuestra fe y resolución inquebrantable, que el triunfo del ideal que perseguimos está asegurado.

"Debemos, pués, felicitarnos por tan fausto suceso, y por mi parte lo felicito a usted, General, por la distinción de que ha sido objeto con el cargo, confiado sin duda, por los méritos de inteligencia y pericia tan plenamente reconocidos en la larga historia de sus servicios prestados a la causa de la independencia de Cuba".

En esa ocasión el General Gómez ordenó la formación de todas las fuerzas existentes en campamento, procediendo a la presentación del Consejo, al que en su nombre y en representación del Ejército Libertador juró solemnemente respeto y obediencia.

Seguidamente el Licenciado Rafael María Portuondo y Tamayo, Secretario de Relaciones Exteriores, dió a conocer que la Asamblea Constituyente había confirmado al Mayor General Máximo Gómez en el cargo de General en Jefe que venía desempeñando.

Encontrándose acampado el General Gómez en el propio "Antón" con fecha del siguiente día, Septiembre 20, en carta dirigida a su compatriota Federico Enriquez Carvajal, residente en lo República hermano de Santo Domingo, se expresó en los siguientes términos:

"Debo decirte para satisfacción de mis compatriotas, que la Constituyente ha querido darme la Presidencia; pero yó he rechazado la proposición: primero porque me considero incompetente para tan alta distinción y segundo, POR QUE CONSIDERO QUE ESA ALTISIMA REPRESENTACION DEBE RECAER EN UN CUBANO".

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